2 de abril de 1984
Aguada
Eres...
Dulce tormento
en la crisis amorosa
de una noche.
Eres...
Calor acariciante y misterioso
que enerva mi carne
cuando tu imágen evoco.
Eres...
En las noches sin estrellas
constelación en reposo.
Eres...
En mis noches de súplica
la fragancia que perfuma la oración.
Eres...
¡oh amada mujer! ... Eres mi diosa,
mi religión.
Eres...
Diana tras la bruma de inocencia,
que hace su desnuda presencia,
en mis noches de desvelo,
temblorosa de emoción.
Eres...
Cristalina fontana
donde siempre baño mis deseos,
en la hora tibia,
a modo de redención.
Eres...
La nueva aurora
en mi mundo de dolor.
Eres...
Mujer hecha de seda,
alabastro y coral.
Eres...
La última rosa
en mi jardín de esperanza.
Eres...
Hoguera de deseos
donde encendí mi pasión.
Eres...
Alondra en arrullo
que adormece los sueños
de mi ansiedad última.
Eres...
Presencia ajena
que se anuda a mi dolor
trenzada en hilos de angustia.
Eres...
Más allá de todo,
mi anhelo, mi destino,
mi costumbre infinita.
¡Así eres, mujer bendíta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario