17 de mayo de 1983
Aguada
Como una garra feroz, clavada en mis entrañas,
llevo un sentimiento, un extraño dolor.
Este dolor inmenso, como cruel guadaña,
va segando mi vida por faltarme tu amor.
Y lentamente se me escapa la vida.
Muero de un sentimiento, un sentimiento mudo,
gélido como una tapia, que solloza en la herida;
que es mi martirio y tu amor librarme pudo.
Absorto en la infinita soledad de mi vida
le he pedido a tu Dios guiar tu paso incierto;
que la esperanza tenga la luz encendida
para que en tu espíritu florezca el huerto.
¡Cumbre de mis martirios, causa de mis desvelos!
Hoy salgo de tu pecho. No sé a dónde iré.
Emigro a lo ignoto con mis profundos anhelos
y aunque te siga amando, jamás te lo diré.
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