16 de diciembre de 1984
Carrizal - Aguada
Soledad...
Fiel amante de mi lecho;
que en las largas noches
de ligeros y cortados sueños,
te acurrucas en mi pecho
cuando la angustia es mayor.
Soledad...
Que envuelta en nevada bruma,
como fantasma de plata,
cabalgas por mi desierto
en tu corcel de fantasía,
trayéndome sueños fascinadores y engañosos.
Soledad,
cuando estoy en mi apacible estancia
sólo y con mis nostalgias íntimas,
tú me inspiras mil delirios
y animas dulcemente mis pasiones,
rasgando el velo de mis ansias infinitas.
Soledad...
¡oh princesa del Solitario Imperio!
Tú que en las pálidas noches
luces albas vestiduras
y al sediento de amor
sacias la sed infinita;
al jardín de mi ilusión,
¡trae luz, calor y vida!...
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