Tus Ojos

De la vertiente de tus ojos tristes

brota un mirar como de duelo;

mirar que me tiene eternamente

en risario de súplicas al Cielo.



Oreo de quietud que a mi alma toca,

despertando mis ansias, mis deseos;

una quietud que en su eterno solfeo,

un mar de quejas en mi alma agita.



Apacible silencio, de este mirar yerto,

dime, ¿qué secreto oculta tu pupila?

Dile que su manso mirar me resta vida

y embriagada de inquietud mi estro.



Ese silencio suyo, como si hubiera muerto,

da vigor a mi alma, que su voz ya no alcanza;

ahogando los lamentos, la pasión que devora,

de quien te ama en silencio y entre sueños te adora.

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