1ro. de mayo de 1984
Moca
Jamás sabrás,
costumbre mía,
cuánto te hubiera amado
en esas tardes lluviosas
de dulce tristeza
cuando muere la tarde.
Jamás sabrás,
amor mío,
lo mucho que te hubiera mimado
en esas madrugadas
de húmeda soledad
cuando la ausencia de la luna es mayor.
Jamás tú sabrás,
amada mía,
cómo te hubiera llegado a querer
en esas noches sombrías
de hiriente melancolía
cuando reposan las estrellas.
Hoy que el vendaval de tu silencio
nuestro sueño deshizo.
¡Qué pena tan lastimosa!
Cuánto pude amarte,
sábelo bien, hermosa,
¡jamás lo podrás saber!
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