Mujer de cuerpo cincelado de una beldad pura.
Ebrio querubín de la paz enamorada,
engastada su alma en dulce armonía.
Lo remoto de su alma se mece en un temblor cantarino
que afina la entrega de su amor,
dando su llamada a una puerta de amor en el olvido.
Y allí, abriendo el cofre de su alma,
me entregó todo su amor que era su único tesoro.
Ella me da consuelo, sangre fresca de esperanza
y la paz que cancela mi cruz.
La onda de su amor tañe en la campana rota de mi vida.
El silencio se adelgaza en frágiles arquitecturas de armonía
en un mundo recién nacido con sus auroras inéditas.
Me extasío en euritmia de besos y caricias,
dejándome incólume, plateado de ensoñación y gozo,
en la fiesta angélica de su hermosura;
que con el ritmo virgen de la alondra en la espesura
va regalándome una boda eufónica de caricias y ternuras.
Nota: Bolín está consciente de que su primer poemario, Aura de Angustia, recoge las tempranas lluvias de abril en su seno y hoy les presenta una muestra de su libro en preparación, Gotero de Emociones y Saudades, con el cual ha deletreado el silencio que devuelve la luna a su lugar. Una vez más, agradecemos el privilegio de su lectura, tanto Cisne como su discípula.